Algo
simple, que nos gusta a todos y que saca del paso... La carne es una tapa de
nalga (desde que la descubrí reemplazó sin dudar a la colita de cuadril)
rellena con lo que uno guste. En este caso, la mechamos y vaciamos el relleno
de dos chorizos de cerdo (muy light que digamos, no es...), cerramos y al
horno. La grasa de los chorizos hace que la carne no se seque y quede jugosa, y
con mucho más sabor por el condimento. De más está decir que se puede
agregar lo que queramos, cebollas, morrones, ajo, perejil… lo que quieran.
Para
la polenta crocante hice una polenta dura, poniéndole menos leche de lo
habitual (por lo general, si la voy a comer de la manera tradicional, de las 3
partes de agua reemplazo una por leche y agrego leche extra hasta que quede
bien cremosa). Condimentarla con hierbas y queso rallado. Se esparce en una
fuente rectangular forrada con film, se deja enfriar un rato y después se corta
en bocados. Tomar cada uno, grillarla en una sartén con oliva y, si gustan,
llevarla al horno con queso y cebolla de verdeo a gratinar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario